Por otro lado cuando hablamos de la Postura del caballo nos referimos al resultado de la posición de los huesos causado por la contracción de los músculos. Se debe a la calidad, textura y fuerza de los músculos y tejidos blandos del cuerpo (tendones, ligamentos, fascia). O sea, que la postura no es permanente y se puede alterar por un sinnúmero de factores como el estrés, trauma, sobreuso, dolor, lesiones, montura inadecuada o desbalance del jinete. Un ejemplo de esto es cuando tenemos un caballo “Remetido” – este busca evadir molestias, dolor y tensión contrayendo sus músculos y desplazando su peso a los posteriores. Buscando protegerse o aliviarse de la incomodidad, el caballo adopta una posición de desbalance o de compensación.
"La Conformación es un momento en el tiempo" – Prof. Robert Bowker El caballo está de pie +20 horas diarias, su postura es influyente sobre su anatomía y fisiología. Imagina como ser humano pasar más de 20 horas “encorvado” o cargando todo el peso de tu cuerpo sobre una sola pierna; las implicaciones que esto tendría sobre tus movimientos serian terribles. Debe ser nuestro fin como cuidadores, entrenadores y caballistas en general reconocer las posturas dañinas en el equino y entender como estas pueden contribuir a una mala ejecución, deformidades óseas (espinal, dorsal, cascos) y lesiones. Una buena postura permite un mejor rendimiento del caballo y una mejor calidad de vida; sea este uno competencia o de “paseo”.
Existen muchas formas de mantener o rehabilitar la postura del equino y de restaurar el control y la función muscular. Algunas de estas incluyen al entrenador, al fisioterapeuta y otras al herrero. Para información o consultas www.facebook.com/guiaequina 787-593-7120